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LAS VILLAS. EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS
FERRAN ARASA
Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València
En una cultura eminentemente urbana como la romana, la articulación del territorio descansaba sobre el conjunto de ciudades que se distribuyen principalmente por la fachada litoral. Los territoria de
las diferentes ciudades dibujaban un mosaico de grandes unidades territoriales con límites –en ocasiones basados en accidentes físicos– que a penas podemos restituir. El territorio era la superficie de tierra
adscrita a una ciudad, delimitada por sus fronteras (fines) y sobre la que ésta ejercía la jurisdicción. Los
límites se señalizaban con mojones (termini); justamente el hecho de no conocerse ninguno de ellos en
tierras valencianas impide la delimitación de los territorios de las diferentes ciudades.
La ciudad ejercía el papel de «lugar central» y contaba con núcleos menores de población que tenían sus propias divisiones territoriales y estaban subordinados al núcleo urbano: los vici, castella y
fora. Los vici, aldeas donde residía parte de la población rural, y los pagi, circunscripciones o distritos, eran piezas fundamentales en el control que la ciudad ejercía sobre su territorio. Los castella tenían una función defensiva y normalmente estaban ubicados en lugares elevados. Los fora eran centros comerciales dispuestos a lo largo de las grandes vías de comunicación; con una periodicidad
normalmente semanal se organizaban los mercados (nundinae) a donde acudían los campesinos y artesanos de los alrededores.
A partir del reinado de Augusto se desarrolla un modelo de ocupación del territorio rural que
descansa sobre las villae, con cuya implantación se abandonan definitivamente los asentamientos
ibéricos y la población se establece en el llano, sobre las mismas tierras de cultivo. Este tipo de
asentamientos constituye la base del poblamiento rural y son los más numerosos. El término villa se
aplica a la edificación de una propiedad rural o fundus; si éste está situado cerca de la ciudad se le
denomina fundus suburbanus. La definición de villa no es fácil, ya que los mismos autores antiguos
utilizan el término para designar cosas diferentes. Puede ser tanto una lujosa mansión señorial
como una modesta construcción dedicada a los trabajos agrícolas. Para la arqueología no siempre
resulta clara su identificación, y suelen considerarse villas los asentamientos de mayor superficie
con restos constructivos importantes y elementos suntuarios. Por debajo de esta categoría quedan
numerosos asentamientos que pueden considerarse casas de labor o masías; su superficie y la importancia de los restos arquitectónicos son menores, y los elementos suntuarios son ausentes total o
parcialmente. El hecho de que se realicen trabajos agrícolas no permite hacer una diferenciación entre ellos: todos los asentamientos rurales los realizan, excepto aquellos que son exclusivamente residenciales, que también se consideran villas. Ambas funciones, residencial y agropecuaria, son normalmente convergentes.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Planta de la zona excavada
de la villa de Benicató (Nules). [Tratamiento gráfico
A. Sánchez].
Se trata de una de las pocas
villas valencianas excavadas
con cierta extensión. Alrededor de un patio porticado
(peristylum), en cuyo centro
había un estanque circular,
se distribuían las diferentes
dependencias de la villa.
Termas
Peristilo
En general, las villas son edificaciones que siguen los modelos arquitectónicos urbanos, pero sin las
restricciones de espacio que suelen existir en las ciudades. Por ello la superficie ocupada por una villa
puede llegar a ser muy extensa, incluso de varias hectáreas, aunque no toda esté construida, pues los
espacios abiertos como patios y jardines son elementos frecuentes que están integrados en el conjunto.
La forma del edificio y la distribución de las dependencias están relacionadas con su localización geográfica y el clima. De esta manera, el ambulacrum o corredor en la fachada es propio de la villa en forma
de bloque rectangular que se da en los países septentrionales y el peristylum o patio porticado es la unidad espacial fundamental de la villa mediterránea, fuertemente influida por la arquitectura helenística.
Según Columela, la villa se divide en tres partes: urbana, rustica y fructuaria. La pars urbana o zona residencial es la domus de los propietarios, la pars rustica es aquella donde viven los trabajadores y la pars
fructuaria es el conjunto de almacenes, graneros, almazaras, lagares, corrales, etc. La zona residencial
pretende proporcionar a los propietarios todo el confort y el lujo del que pueden disfrutar las casas urbanas, por lo que resulta más fácil determinar su presencia, como es el caso de las termas (balneum).
Los programas decorativos de las villas incluyen una serie de elementos suntuarios como pavimentos
mosaicos, esculturas, revestimientos de mármol (crustae), etc. En las villas mediterráneas, alrededor de
un patio porticado –en cuyo centro suele haber un estanque (lacus)– se distribuyen las diferentes estancias como el comedor (triclinium), el salón (oecus), el archivo (tablinum) y las habitaciones (cubicula).
En cuanto a la pars fructuaria, en relación con el tipo de planta puede encontrarse formando un
mismo bloque con la zona residencial o separada de él. Los elementos que suelen aparecer en élla
son las almazaras y lagares, corrales, almacenes, graneros y hornos. Algunas de estas zonas con funciones específicas, como los corrales, almacenes y graneros (granaria), no siempre pueden identificarse con seguridad. De las almazaras (torcularia), los restos que suelen encontrarse son los contrapesos de piedra de la prensa (prelum) y, en las excavaciones, las balsas o depósitos donde se vierte el
aceite o se fermenta el vino. Los hornos cerámicos (figlinae) abastecían a las explotaciones agrícolas
de grandes recipientes para el transporte y almacenamiento, como ánforas y dolia, además de material cerámico para la construcción (lateres, tegulae) y cerámica común.
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LAS VILLAS. EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS • FERRAN ARASA
LAS VILLAE VALENCIANAS
Entre los siglos I y II se alcanza el máximo apogeo en la
ocupación del territorio valenciano, lo que sin duda es reflejo de un importante aumento demográfico. La inmensa
mayoría de los asentamientos rurales pueden fecharse en
este período. A partir del siglo III se observa una significativa reducción en su número, lo que sin duda refleja una
creciente disminución de la población. Con el paso al siglo
IV, la situación se estabiliza y aunque tanto el número de
asentamientos ocupados como su importancia es notablemente inferior, el poblamiento rural parece experimentar
una cierta recuperación. La crisis demográfica debió suponer el abandono de tierras de cultivo, con la consiguiente
repercusión en la estructura de la propiedad, y una notable
disminución de la presión sobre el medio natural.
Grandes contrapesos de prensa procedentes de la
villa de La Torrassa (Vila-real-Betxí).
Estos bloques de piedra son en ocasiones las
únicas evidencias de la existencia de las instalaciones para la obtención de vino o aceite
(torcularium).
En el País Valenciano no se conoce el poblamiento rural más que de manera bastante superficial. Entre los estudios de conjunto basados en prospecciones y en la revisión de excavaciones anteriores destacan los realizados por Pingarrón entre los ríos Palancia y Magro, y por nosotros mismos en las comarcas
septentrionales del litoral valenciano, aunque hasta ahora el único publicado ha sido el de Járrega sobre
el Alto Palancia. Las villas excavadas en extensión y por tanto mejor conocidas son igualmente muy escasas. De ellas, algunas fueron excavadas en los siglos XVIII (El Vilar en El Puig; Els Banys de la Reina en
Calp) o XIX (Algorós en Elx). Otras son sólo conocidas por algún monumento (L’Arc de Cabanes; La Torre de Sant Josep de La Vila Joiosa), o principalmente por destacados hallazgos suntuarios como algunas
Reconstrucción del torcularium de la
villa de La Canyada Joana [Museu Arqueològic Municipal de Crevillent].
Construido en el siglo IV, se trata de
uno de los mejores ejemplos conocidos en el País Valenciano de este tipo
de instalaciones.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Vista de la villa romana de Casa Ferrer I,
cercana a Lucentum.
Siglos I - III . [Fot. Arqueogestión].
Recreación artística
de la doble prensa encontrada en el lagar
(torcularium) de la
villa romana del Parque de las Naciones
(Alicante). [Dibujo
P. Rosser-J. Sáez].
esculturas (L’Ereta dels Moros en Aldaia) o mosaicos (El Poaig de Montcada). Finalmente, algunas han
sido parcialmente excavadas, pero los resultados de la investigación no han sido dados a conocer más
que de manera resumida (Benicató de Nules; el Circuito de Cheste; El Parc de les Nacions de Alacant;
La Canyada Joana de Crevillent).
Algunos de estos asentamientos fueron amplias y lujosas mansiones, en ocasiones propiedad de
ricas familias asentadas en las principales ciudades. La epigrafía confirma la presencia de personajes
de la élite social, sobre todo magistrados municipales, en diversas localidades del territorio de Saguntum, como Onda, Nules y Almenara; Valentia, como posiblemente es el caso de Torrent; Dianium,
como La Font d’En Carròs, etc. Otras, por su cercanía al núcleo urbano pueden considerarse villas
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LAS VILLAS. EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS • FERRAN ARASA
suburbanas, como sucede con Can Porcar (Llíria) y El Parc de les Nacions (Alacant). Un caso excepcional es el de la villa de El Vilar (El Puig), donde una inscripción funeraria del siglo II que menciona a
los propietarios explica que ésta se hallaba circundada por muros y contaba con baños y jardines. Pocas de estas villas han sido excavadas suficientemente como para determinar el tipo arquitectónico al
que pertenecían. Entre ellas cabe citar la de Benicató (Nules), con un amplio peristilo de 22 x 24 m en
cuyo centro se encuentra un estanque circular alrededor del que se distribuían diferentes dependencias, entre las que había unas termas y varias habitaciones. Ésta puede ser el modelo de las grandes
villae existentes en la Plana de Castelló, en el sector septentrional del territorio saguntino, como La
Torrassa (Betxí–Vila-real), L’Alter (Xilxes), L’Alqueria (Moncofa), El Pla (La Llosa) y La Muntanyeta
dels Estanys (Almenara). En las comarcas meridionales, la villa de El Parc de les Nacions (Alacant)
es la que presenta una mayor superficie, con 1’4 ha.
La zona residencial se ha excavado parcialmente en algunos casos, como El Parc de les Nacions
(Alacant), donde se descubrieron dos patios y habitaciones decoradas con pintura mural y cornisas
de estuco. En ella es relativamente frecuente la presencia de pequeñas instalaciones termales que
pueden estar situadas en uno de los laterales del peristilo y decorados con mosaicos, como es el caso
de Benicató (Nules). Termas se han identificado en algunas de las villas mejor conocidas como la recientemente excavada en El Palau (Borriana), y las ya conocidas de L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), El
Vilar (El Puig), Can Porcar (Llíria), La Font de Mussa (Benifaió), L’Ofra (Castelló de Rugat), Els
Banys de la Reina (Calp), L’Albir (L’Alfàs del Pi), La Torre de Baix (La Vila Joiosa), L’Illeta dels Banyets (El Campello), El Parc de les Nacions (Alacant), etc. Un caso singular es el de El Mas d’Aragó
(Cervera del Maestre), donde se excavó lo que parece ser una gran natatio, una piscina de 22 x 7 m.
Los programas decorativos de las villas comprenden fundamentalmente esculturas y pavimentos mosaicos, además de la pintura mural, los estucos y los revestimientos de mármol. Entre las
primeras se encuentran esculturas de jardín como las hermas de Baco de El Mas de Víctor (Rossell), El Cabeçolet (Sagunt), y Fondos (Turís), y el oscillum de Can Porcar (Llíria). Retratos imperiales como el de Adriano de El Palmar (Borriol). Entre la escultura ideal hay representaciones de
Baco como la de L’Ereta dels Moros (Aldaia) y de El Trull dels Moros (Sagunt); de Afrodita como
El Arco de Cabanes (Castellón). Siglo II. [Archivo SIP].
Se encuentra situado junto a
la Vía Augusta, en el ámbito
de la villa del mas de l’Arc,
por lo que podría tratarse
de un monumento privado.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
la de València la Vella (Riba-roja del Túria); de Eros dormido como las tres de Algorós (Elx), etc.
Un caso singular es el de El Vilar (El Puig), donde se encontraron varios relieves y al menos diez
esculturas, entre las que pueden identificarse dos de Attis y otras de Baco, Narciso, Eros y Sátiro.
Los pavimentos mosaicos decoraban estancias nobles como los comedores (triclinia) y algunas salas
de los baños, como es el caso de Benicató (Nules), L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), Can Porcar (Llíria),
etc. En una situación parecida a la que se observa en las casas urbanas, son escasos los signina, más
abundantes los polícromos y los más frecuentes los bícromos. Hay que mencionar los mosaicos polícromos de los trabajos de Hércules de Can Porcar (Llíria), los de Petrer y Algorós de Elx (entre los que
destacan los de Galatea y las estaciones), y los posibles mosaicos parietales de vermiculatum de esta última que representaban a un centauro, Apolo y una figura femenina, etc. También son importantes los
bícromos de Benicató (Nules), los numerosos de El Vilar (El Puig), el de las nueve Musas de El Poaig
(Montcada), el recientemente recuperado de La Font de Mussa (Benifaió), los de La Punta de l’Arenal
(Xàbia) y Els Banys de la Reina (Calp) o el signinum de L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), etc.
La importancia de la producción agrícola en la economía de las villas se comprueba por la identificación de almazaras y lagares, almacenes y hornos para la fabricación de ánforas. De los primeros,
se han excavado algunos como los de L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), El Trull dels Moros (Puçol), El
Mas dels Foressos (Picassent), El Parc de les Nacions (Alacant), La Canyada Joana (Crevillent), etc,
pero su identificación resulta más fácil a partir del hallazgo de los contrapesos de las prensas, como
los de La Torrassa (Betxí-Vila-real). En la villa de El Parc de les Nacions (Alacant) se excavó un edificio identificado como un almacén. Los hornos cerámicos dedicados a la producción de ánforas son
igualmente abundantes: El Mas d’Aragó (Cervera del Maestre), La Punta (La Vall d’Uixó), L’Hort de
Pepica (Catarroja), Oliva, L’Almadrava y Jesús Pobre (Dénia), etc. Entre los contenedores que se producían son mayoritarios los destinados al transporte de vino, como los fabricados en el territorio de
Saguntum, de donde se conoce la única referencia literaria sobre la elaboración de esta bebida. Las
factorías de salazones son frecuentes en la mitad meridional del litoral valenciano: Cullera, la más
septentrional, La Punta de l’Arenal (Xàbia), Els Banys de la Reina (Calp), L’Illeta dels Banyets (El
Campello), El Cap de l’Horta y L’Albufereta (Alacant), Moncaio (Guardamar), etc.
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LAS VILLAS. EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS
FERRAN ARASA
Departament de Prehistòria i Arqueologia. Universitat de València
En una cultura eminentemente urbana como la romana, la articulación del territorio descansaba sobre el conjunto de ciudades que se distribuyen principalmente por la fachada litoral. Los territoria de
las diferentes ciudades dibujaban un mosaico de grandes unidades territoriales con límites –en ocasiones basados en accidentes físicos– que a penas podemos restituir. El territorio era la superficie de tierra
adscrita a una ciudad, delimitada por sus fronteras (fines) y sobre la que ésta ejercía la jurisdicción. Los
límites se señalizaban con mojones (termini); justamente el hecho de no conocerse ninguno de ellos en
tierras valencianas impide la delimitación de los territorios de las diferentes ciudades.
La ciudad ejercía el papel de «lugar central» y contaba con núcleos menores de población que tenían sus propias divisiones territoriales y estaban subordinados al núcleo urbano: los vici, castella y
fora. Los vici, aldeas donde residía parte de la población rural, y los pagi, circunscripciones o distritos, eran piezas fundamentales en el control que la ciudad ejercía sobre su territorio. Los castella tenían una función defensiva y normalmente estaban ubicados en lugares elevados. Los fora eran centros comerciales dispuestos a lo largo de las grandes vías de comunicación; con una periodicidad
normalmente semanal se organizaban los mercados (nundinae) a donde acudían los campesinos y artesanos de los alrededores.
A partir del reinado de Augusto se desarrolla un modelo de ocupación del territorio rural que
descansa sobre las villae, con cuya implantación se abandonan definitivamente los asentamientos
ibéricos y la población se establece en el llano, sobre las mismas tierras de cultivo. Este tipo de
asentamientos constituye la base del poblamiento rural y son los más numerosos. El término villa se
aplica a la edificación de una propiedad rural o fundus; si éste está situado cerca de la ciudad se le
denomina fundus suburbanus. La definición de villa no es fácil, ya que los mismos autores antiguos
utilizan el término para designar cosas diferentes. Puede ser tanto una lujosa mansión señorial
como una modesta construcción dedicada a los trabajos agrícolas. Para la arqueología no siempre
resulta clara su identificación, y suelen considerarse villas los asentamientos de mayor superficie
con restos constructivos importantes y elementos suntuarios. Por debajo de esta categoría quedan
numerosos asentamientos que pueden considerarse casas de labor o masías; su superficie y la importancia de los restos arquitectónicos son menores, y los elementos suntuarios son ausentes total o
parcialmente. El hecho de que se realicen trabajos agrícolas no permite hacer una diferenciación entre ellos: todos los asentamientos rurales los realizan, excepto aquellos que son exclusivamente residenciales, que también se consideran villas. Ambas funciones, residencial y agropecuaria, son normalmente convergentes.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Planta de la zona excavada
de la villa de Benicató (Nules). [Tratamiento gráfico
A. Sánchez].
Se trata de una de las pocas
villas valencianas excavadas
con cierta extensión. Alrededor de un patio porticado
(peristylum), en cuyo centro
había un estanque circular,
se distribuían las diferentes
dependencias de la villa.
Termas
Peristilo
En general, las villas son edificaciones que siguen los modelos arquitectónicos urbanos, pero sin las
restricciones de espacio que suelen existir en las ciudades. Por ello la superficie ocupada por una villa
puede llegar a ser muy extensa, incluso de varias hectáreas, aunque no toda esté construida, pues los
espacios abiertos como patios y jardines son elementos frecuentes que están integrados en el conjunto.
La forma del edificio y la distribución de las dependencias están relacionadas con su localización geográfica y el clima. De esta manera, el ambulacrum o corredor en la fachada es propio de la villa en forma
de bloque rectangular que se da en los países septentrionales y el peristylum o patio porticado es la unidad espacial fundamental de la villa mediterránea, fuertemente influida por la arquitectura helenística.
Según Columela, la villa se divide en tres partes: urbana, rustica y fructuaria. La pars urbana o zona residencial es la domus de los propietarios, la pars rustica es aquella donde viven los trabajadores y la pars
fructuaria es el conjunto de almacenes, graneros, almazaras, lagares, corrales, etc. La zona residencial
pretende proporcionar a los propietarios todo el confort y el lujo del que pueden disfrutar las casas urbanas, por lo que resulta más fácil determinar su presencia, como es el caso de las termas (balneum).
Los programas decorativos de las villas incluyen una serie de elementos suntuarios como pavimentos
mosaicos, esculturas, revestimientos de mármol (crustae), etc. En las villas mediterráneas, alrededor de
un patio porticado –en cuyo centro suele haber un estanque (lacus)– se distribuyen las diferentes estancias como el comedor (triclinium), el salón (oecus), el archivo (tablinum) y las habitaciones (cubicula).
En cuanto a la pars fructuaria, en relación con el tipo de planta puede encontrarse formando un
mismo bloque con la zona residencial o separada de él. Los elementos que suelen aparecer en élla
son las almazaras y lagares, corrales, almacenes, graneros y hornos. Algunas de estas zonas con funciones específicas, como los corrales, almacenes y graneros (granaria), no siempre pueden identificarse con seguridad. De las almazaras (torcularia), los restos que suelen encontrarse son los contrapesos de piedra de la prensa (prelum) y, en las excavaciones, las balsas o depósitos donde se vierte el
aceite o se fermenta el vino. Los hornos cerámicos (figlinae) abastecían a las explotaciones agrícolas
de grandes recipientes para el transporte y almacenamiento, como ánforas y dolia, además de material cerámico para la construcción (lateres, tegulae) y cerámica común.
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LAS VILLAE VALENCIANAS
Entre los siglos I y II se alcanza el máximo apogeo en la
ocupación del territorio valenciano, lo que sin duda es reflejo de un importante aumento demográfico. La inmensa
mayoría de los asentamientos rurales pueden fecharse en
este período. A partir del siglo III se observa una significativa reducción en su número, lo que sin duda refleja una
creciente disminución de la población. Con el paso al siglo
IV, la situación se estabiliza y aunque tanto el número de
asentamientos ocupados como su importancia es notablemente inferior, el poblamiento rural parece experimentar
una cierta recuperación. La crisis demográfica debió suponer el abandono de tierras de cultivo, con la consiguiente
repercusión en la estructura de la propiedad, y una notable
disminución de la presión sobre el medio natural.
Grandes contrapesos de prensa procedentes de la
villa de La Torrassa (Vila-real-Betxí).
Estos bloques de piedra son en ocasiones las
únicas evidencias de la existencia de las instalaciones para la obtención de vino o aceite
(torcularium).
En el País Valenciano no se conoce el poblamiento rural más que de manera bastante superficial. Entre los estudios de conjunto basados en prospecciones y en la revisión de excavaciones anteriores destacan los realizados por Pingarrón entre los ríos Palancia y Magro, y por nosotros mismos en las comarcas
septentrionales del litoral valenciano, aunque hasta ahora el único publicado ha sido el de Járrega sobre
el Alto Palancia. Las villas excavadas en extensión y por tanto mejor conocidas son igualmente muy escasas. De ellas, algunas fueron excavadas en los siglos XVIII (El Vilar en El Puig; Els Banys de la Reina en
Calp) o XIX (Algorós en Elx). Otras son sólo conocidas por algún monumento (L’Arc de Cabanes; La Torre de Sant Josep de La Vila Joiosa), o principalmente por destacados hallazgos suntuarios como algunas
Reconstrucción del torcularium de la
villa de La Canyada Joana [Museu Arqueològic Municipal de Crevillent].
Construido en el siglo IV, se trata de
uno de los mejores ejemplos conocidos en el País Valenciano de este tipo
de instalaciones.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Vista de la villa romana de Casa Ferrer I,
cercana a Lucentum.
Siglos I - III . [Fot. Arqueogestión].
Recreación artística
de la doble prensa encontrada en el lagar
(torcularium) de la
villa romana del Parque de las Naciones
(Alicante). [Dibujo
P. Rosser-J. Sáez].
esculturas (L’Ereta dels Moros en Aldaia) o mosaicos (El Poaig de Montcada). Finalmente, algunas han
sido parcialmente excavadas, pero los resultados de la investigación no han sido dados a conocer más
que de manera resumida (Benicató de Nules; el Circuito de Cheste; El Parc de les Nacions de Alacant;
La Canyada Joana de Crevillent).
Algunos de estos asentamientos fueron amplias y lujosas mansiones, en ocasiones propiedad de
ricas familias asentadas en las principales ciudades. La epigrafía confirma la presencia de personajes
de la élite social, sobre todo magistrados municipales, en diversas localidades del territorio de Saguntum, como Onda, Nules y Almenara; Valentia, como posiblemente es el caso de Torrent; Dianium,
como La Font d’En Carròs, etc. Otras, por su cercanía al núcleo urbano pueden considerarse villas
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suburbanas, como sucede con Can Porcar (Llíria) y El Parc de les Nacions (Alacant). Un caso excepcional es el de la villa de El Vilar (El Puig), donde una inscripción funeraria del siglo II que menciona a
los propietarios explica que ésta se hallaba circundada por muros y contaba con baños y jardines. Pocas de estas villas han sido excavadas suficientemente como para determinar el tipo arquitectónico al
que pertenecían. Entre ellas cabe citar la de Benicató (Nules), con un amplio peristilo de 22 x 24 m en
cuyo centro se encuentra un estanque circular alrededor del que se distribuían diferentes dependencias, entre las que había unas termas y varias habitaciones. Ésta puede ser el modelo de las grandes
villae existentes en la Plana de Castelló, en el sector septentrional del territorio saguntino, como La
Torrassa (Betxí–Vila-real), L’Alter (Xilxes), L’Alqueria (Moncofa), El Pla (La Llosa) y La Muntanyeta
dels Estanys (Almenara). En las comarcas meridionales, la villa de El Parc de les Nacions (Alacant)
es la que presenta una mayor superficie, con 1’4 ha.
La zona residencial se ha excavado parcialmente en algunos casos, como El Parc de les Nacions
(Alacant), donde se descubrieron dos patios y habitaciones decoradas con pintura mural y cornisas
de estuco. En ella es relativamente frecuente la presencia de pequeñas instalaciones termales que
pueden estar situadas en uno de los laterales del peristilo y decorados con mosaicos, como es el caso
de Benicató (Nules). Termas se han identificado en algunas de las villas mejor conocidas como la recientemente excavada en El Palau (Borriana), y las ya conocidas de L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), El
Vilar (El Puig), Can Porcar (Llíria), La Font de Mussa (Benifaió), L’Ofra (Castelló de Rugat), Els
Banys de la Reina (Calp), L’Albir (L’Alfàs del Pi), La Torre de Baix (La Vila Joiosa), L’Illeta dels Banyets (El Campello), El Parc de les Nacions (Alacant), etc. Un caso singular es el de El Mas d’Aragó
(Cervera del Maestre), donde se excavó lo que parece ser una gran natatio, una piscina de 22 x 7 m.
Los programas decorativos de las villas comprenden fundamentalmente esculturas y pavimentos mosaicos, además de la pintura mural, los estucos y los revestimientos de mármol. Entre las
primeras se encuentran esculturas de jardín como las hermas de Baco de El Mas de Víctor (Rossell), El Cabeçolet (Sagunt), y Fondos (Turís), y el oscillum de Can Porcar (Llíria). Retratos imperiales como el de Adriano de El Palmar (Borriol). Entre la escultura ideal hay representaciones de
Baco como la de L’Ereta dels Moros (Aldaia) y de El Trull dels Moros (Sagunt); de Afrodita como
El Arco de Cabanes (Castellón). Siglo II. [Archivo SIP].
Se encuentra situado junto a
la Vía Augusta, en el ámbito
de la villa del mas de l’Arc,
por lo que podría tratarse
de un monumento privado.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
la de València la Vella (Riba-roja del Túria); de Eros dormido como las tres de Algorós (Elx), etc.
Un caso singular es el de El Vilar (El Puig), donde se encontraron varios relieves y al menos diez
esculturas, entre las que pueden identificarse dos de Attis y otras de Baco, Narciso, Eros y Sátiro.
Los pavimentos mosaicos decoraban estancias nobles como los comedores (triclinia) y algunas salas
de los baños, como es el caso de Benicató (Nules), L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), Can Porcar (Llíria),
etc. En una situación parecida a la que se observa en las casas urbanas, son escasos los signina, más
abundantes los polícromos y los más frecuentes los bícromos. Hay que mencionar los mosaicos polícromos de los trabajos de Hércules de Can Porcar (Llíria), los de Petrer y Algorós de Elx (entre los que
destacan los de Galatea y las estaciones), y los posibles mosaicos parietales de vermiculatum de esta última que representaban a un centauro, Apolo y una figura femenina, etc. También son importantes los
bícromos de Benicató (Nules), los numerosos de El Vilar (El Puig), el de las nueve Musas de El Poaig
(Montcada), el recientemente recuperado de La Font de Mussa (Benifaió), los de La Punta de l’Arenal
(Xàbia) y Els Banys de la Reina (Calp) o el signinum de L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), etc.
La importancia de la producción agrícola en la economía de las villas se comprueba por la identificación de almazaras y lagares, almacenes y hornos para la fabricación de ánforas. De los primeros,
se han excavado algunos como los de L’Horta Seca (La Vall d’Uixó), El Trull dels Moros (Puçol), El
Mas dels Foressos (Picassent), El Parc de les Nacions (Alacant), La Canyada Joana (Crevillent), etc,
pero su identificación resulta más fácil a partir del hallazgo de los contrapesos de las prensas, como
los de La Torrassa (Betxí-Vila-real). En la villa de El Parc de les Nacions (Alacant) se excavó un edificio identificado como un almacén. Los hornos cerámicos dedicados a la producción de ánforas son
igualmente abundantes: El Mas d’Aragó (Cervera del Maestre), La Punta (La Vall d’Uixó), L’Hort de
Pepica (Catarroja), Oliva, L’Almadrava y Jesús Pobre (Dénia), etc. Entre los contenedores que se producían son mayoritarios los destinados al transporte de vino, como los fabricados en el territorio de
Saguntum, de donde se conoce la única referencia literaria sobre la elaboración de esta bebida. Las
factorías de salazones son frecuentes en la mitad meridional del litoral valenciano: Cullera, la más
septentrional, La Punta de l’Arenal (Xàbia), Els Banys de la Reina (Calp), L’Illeta dels Banyets (El
Campello), El Cap de l’Horta y L’Albufereta (Alacant), Moncaio (Guardamar), etc.
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