València la Vella. Un yacimiento aún por descubrir
Esperança Huguet Enguita
Josep María Macias Solé
Albert Ribera Lacomba
F. Rodríguez
Miquel Rosselló Mesquida
2019
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ValÈncia la Vella.
Un yacimiento aún por descubrir
E. Huguet, J. M. Macias, A. Ribera, F. Rodríguez y M. Rosselló
De mito a reto arqueológico
A la fuerza, el enclave hoy conocido como València la Vella
debería haber llamado la atención de las gentes locales,
gente de la huerta del Turia y de viajeros desde tiempo
inmemorial. Un lugar con murallas como este, que aún
hoy conserva paredes de más de tres metros de altura,
no podía pasar desapercibido y habría despertado gran
curiosidad. Son casi cinco hectáreas de superficie sobre
un promontorio que se elevaba unos cuarenta metros sobre la entrada del barranco de la Cabrassa en el río Turia.
Por eso es uno de los yacimientos valencianos de los
que tenemos noticias más antiguas. El Consejo de València
mencionó el topónimo de València la Vella el año 1374,
con ocasión de un proyecto de transvase de agua del río
Júcar al Turia. Ya entonces debería ser un sitio valorado
por su antigüedad y, en 1458 (la Bailía: doc. 1152, ‘1524 v’)
◁ Vista exterior de la muralla y la torre, destruida en los años
setenta, de València la Vella. Foto: Rafael de Luis.
firmó una licencia a Joan Gonçalbo para la «búsqueda de
tesoro», según consta en el Arxiu del Regne de València, El
poeta Jaume Roig, también en el siglo xv, le dedica unos
versos, en su obra L’Espill o Llibre de les dones.
El porqué del nombre de València la Vella para este
lugar es una incógnita, y en este poema ya vemos cómo
el topónimo causó una asociación y correlación temporal
con la ciudad romana de Valentia. Diversos estudiosos de
las épocas moderna y contemporánea asociaron estos
restos a una ciudad anterior a la fundación de Valentia
e, incluso, la identificaron con otras ciudades romanas
o también ibéricas, o cartaginesas. Gracias a la arqueología, todas estas suposiciones se desvanecieron en los
años setenta del siglo pasado, cuando la destrucción voluntaria de parte del yacimiento y de sus murallas, por los
trabajos de construcción de un puente sobre la vía férrea
València-Llíria, causaron un gran impacto en la sociedad
valenciana. Aún hoy podemos observar rebajes de dos
metros en un área del veinte por ciento del yacimiento.
/ 97
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son del todo coincidentes con otros asentamientos visigóticos hispánicos. Hablamos de una especie de ciudadela
encumbrada emplazada en un punto estratégico. Desde
aquí hay un control visual de los principales cerros del entorno (los Carasoles, la montaña de los Frailes, el collado
de Montiel, la Vallbona, la Vallesa de Mandor y la loma de
Betxí), se vigila el camino que iría río arriba y parece que está
cerca de un paso para cruzar el Turia. Solo hay que tener
en cuenta que estas mismas condiciones fueron valoraras
por el ejército republicano español, que ubicó trincheras y
nidos de ametralladoras pertenecientes a la línea defensiva
Vista del rio Túria a su paso por València la Vella. Se aprecian los muros
de la acrópolis en la zona alta. Foto: Projecte València la Vella
«La Inmediata», construida a unos 12 km de la capital, para
frenar el avance del ejército franquista desde el norte.
Con todo esto, más los estudios de Miquel Rosselló,
Pese a ello, València la Vella constituye un reto científico y
que incidieron en la cronología visigótica del asentamien-
de socialización relevante del patrimonio histórico.
to, surgieron numerosas preguntas sobre su funcionali-
Este desgraciado hecho ocasionó una pronta inter-
dad y relación con el palacio recientemente descubierto
vención del Servicio de Investigación Prehistórica de la
de Pla de Nadal o con la ciudad de Valentia. Está claro que
Diputación de Valencia (SIP). Gerardo Pereira y Carmen
no se puede hablar de un proceso de sustitución geopolí-
Aranegui dirigieron tres intervenciones arqueológicas que
tica de una ciudad por otra. Valentia, de la mano del obis-
documentaron importantes restos arquitectónicos y esta-
po Justiniano, pasó a ser una importante sede episcopal
blecieron una cronología del siglo IV dC en adelante. Con
cristiana y epicentro del culto martirial a san Vicente que
eso desapareció el mito arcaizante de València la Vella y
se mantuvo activa hasta la llegada del islam.
se abrieron nuevas incógnitas históricas. No obstante, la
Hay que mirar a València la Vella, actualmente con-
nueva cronología conllevó un desinterés por parte de la
siderada una fundación fechada a partir de mediados
investigación arqueológica valenciana, orientada hacia
del siglo vi, como el resultado de una nueva concepción
otros períodos históricos en aquel momento.
urbana y territorial promovida por el reino visigótico de
València la Vella se encuentra a unos 3 km al sudeste
Toletum, y del todo compatible con las antiguas ciuda-
de la localidad de Riba-roja de Túria, solo a unos 16 km de
des romanas que perduraron en el tiempo. El análisis de
Valencia capital y a escasos 4 km del yacimiento de Pla de
las cerámicas y de las monedas recuperadas nos mues-
Nadal. Su ubicación y características defensivas y urbanas
tra una plena sintonía comercial entre ambas ciudades.
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Muchos productos foráneos documentados en el litoral
y el estudio del yacimiento. El Ayuntamiento compró
también eran frecuentes río arriba.
varias fincas rurales donde se encuentra la mitad de
¿Era diferente la población de un lugar con respecto
València la Vella, dentro del Parque Natural del Turia. De
al otro? ¿Se practicaba el culto arriano en vez del ortodoxo?
esta manera se genera un espacio de doble interés patri-
Este nuevo asentamiento tendría un papel de control mi-
monial y natural, de alto valor arqueológico, paisajístico
litar como consecuencia de las tensiones territoriales del
y biológico. En este contexto positivo, hay que añadir la
sudeste hispánico en manos del Imperio de Oriente?
musealización y la creación reciente del Museo Visigótico
Para resolver definitivamente todos estos aspectos,
del Pla de Nadal (MUPLA) y las numerosas actuaciones
solo hay que dar tiempo a la Arqueología.
de recreación histórica que promueve la villa.
Presente y futuro de una oportunidad poliédrica
de la última excavación y en un contexto mucho más
Así pues, el año 2016, treinta y seis años después
Hoy en día pocos yacimientos «vírgenes» tienen la
favorable, un equipo de arqueólogos valencianos y cata-
potencialidad cultural de València la Vella. Es un asenta-
lanes volvió a remover la tierra a la búsqueda de respues-
miento escasamente excavado —apenas unos 230 m —,
tas. Inicialmente, la fórmula elegida ha sido la excavación
lleno de incógnitas históricas y, a la vez, de retos de con-
asociada a los cursos de verano de Arqueología Cristiana
servación arquitectónica y de integración social.
y Visigoda. No se trata exclusivamente de un proyecto de
2
Primero hay que tener en cuenta que se halla cer-
investigación, sino de una apuesta docente a largo plazo
ca de la tercera área metropolitana del Estado español,
con la voluntad de potenciar el interés y las nuevas voca-
con cerca de dos millones de habitantes y que dispone
ciones por lo que respecta a la antigüedad tardía en tie-
de una red de comunicaciones que ha llegado a situar,
rras valencianas.
incluso, una estación de suburbano a seiscientos metros.
Hasta la actualidad se han desarrollado cuatro bre-
Es un yacimiento dentro de un área metropolitana que
ves excavaciones arqueológicas que se han centrado en
confiere a la localidad de Riba-roja de Túria la posibilidad
el estudio de las murallas y en la identificación de los
de ser uno de los referentes hispánicos de la arqueología
sectores urbanos que conforman el asentamiento, estos
visigótica más accesible y provechoso para la divulgación
últimos condicionados en parte por las características
de un período histórico fundamental para entender la for-
del terreno. Por una parte, actuar sobre la muralla era
mación de la Edad Media.
una necesidad imperiosa porque había que valorar el
Con esta voluntad trabaja el área de Turismo y
estado de conservación de los segmentos más afecta-
Patrimonio del Ayuntamiento de Riba-roja. El año 2016
dos por la destrucción del siglo pasado. Por la otra, dis-
se firmó un convenio de colaboración con el “Institut
tribuir sectorialmente los sondeos estratigráficos nos
Català d’Arqueologia Clàssica” para la documentación
ha permitido, de cara al futuro, identificar y priorizar las
Valencia la Vella. Un yacimiento aún por descubrir. E. Huguet, J. M. Macías, A. Ribera, F. Rodríguez y M. Rosselló
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cias de un taller de vidrios. Las monedas recuperadas,
procedentes de cecas de numerosos lugares de Hispania
y del Mediterráneo, nos señalan la vitalidad económica y
comercial del emplazamiento.
En estos momentos, la muralla pasa a ser el elemento patrimonial más significativo, tanto por la extensión
como por el nivel de conservación. Es un asentamiento
de unas 4,8 ha de superficie, que, en la parte más elevada, alcanza unos 41 m de altura con respecto al curso del Turia. Sobre un perímetro teórico de 981 m, se
conocen unos 416 m, si bien hay muchas partes ocultas
Vista actual de la zona monumental invadida
por la vegetación. Foto: Albert Ribera
por la vegetación o los terraplenes. La muralla conserva
una altura máxima de 3,10 m y su grosor oscila entre los
2,10 y 1,90 m. Se hizo a partir de dos muros paralelos de
áreas arqueológicas donde intervenir. También se ha
mampostería de cal y con ripio interno —emplecton— de
efectuado una prospección geofísica parcial del subsue-
piedras y arcillas procedentes del rebaje de la roca que se
lo y, muy especialmente, una documentación topográ-
efectuó antes de la construcción de las defensas. Hasta
fica y fotogramétrica exhaustiva mediante los recursos
ahora se han localizado con seguridad unas siete torres,
tecnológicos actuales.
aunque podría haber un número máximo de veinticinco
o veintiocho. Este aspecto se debe ratificar con la condi-
Descripción preliminar de València la Vella
Los resultados hasta ahora obtenidos apuntan a un
ción de que aquellos tramos contiguos a los riscos del río
podrían tener una protección menor.
centro urbano bien planificado y ejecutado homogénea-
Todo parece indicar que la muralla es una obra ho-
mente. Hemos visto como el urbanismo intramuros está
mogénea y construida unitariamente. No apreciamos aún
sincronizado con el trazado de la muralla, y la documen-
fases constructivas y la técnica empleada es muy homo-
tación de un estercolero —a las afueras de la ciudad—,
génea, al mismo tiempo que común a otras murallas visi-
nos muestra una clara organización para la fertilización
góticas hispánicas (Recópolis, Puig Rom, etc.). Las torres
de las terrazas agrícolas periféricas, imprescindibles para
identificadas, arrasadas en parte en el siglo xx, eran apro-
la producción de víveres. Otros indicios también nos ha-
ximadamente cuadradas y con un relleno interno seme-
cen ser optimistas para la búsqueda en un futuro. En un
jante al de las murallas. Sus muros enlazaban con los dos
presunto sector artesanal, hemos documentado eviden-
de la muralla de forma que trababan entre ellos propor-
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cionando una mejor cohesión y evitando desprendimientos de los rellenos por su empuje lateral. Hasta ahora, no
se ha identificado ninguna evidencia del paso superior de
la muralla.
La topografía del yacimiento presenta varias zonas,
probablemente aterrazadas, aunque hay que ser cautelosos porque las transformaciones agrícolas contemporáneas pueden haber distorsionado la percepción actual.
Se distingue una primera plataforma elevada, la «acrópolis», que, con una superficie de 0,22 ha, se desarrolla entorno los 90 y 97 m de altitud. Se encuentra sobre un pequeño montículo que configura el escarpado septentrional junto al río. Allí se encuentra un edificio importante
pavimentado en mortero de cal, así como fragmentos
de tejas planas y curvas. Este era un sector relevante del
asentamiento que está en avanzado curso de excavación.
Hay otro montículo central, hacia los 90 m de altitud y con
una superficie de unas 0,3 ha, que está muy deteriorado
Inicio de la excavación del sector junto a la muralla.
Campaña 2016. Foto: Projecte València la Vella
por la erosión.
El resto del asentamiento consta de dos platafor-
importantes edificios que reutilizaron sillares de piedra
mas intermedias donde los sondeos estratigráficos han
—calcárea dolomítica gris azulada— de factura roma-
localizado varios restos. Por una parte, una zona interme-
na que deben proceder de la cercana ciudad de Edeta
dia-baja que limita con la muralla central y meridional.
(Llíria). Se disponían alrededor de una gran plaza o expla-
Aquí se alcanza una extensión de 0,77 ha y una altitud
nada que se ubica ante el posible acceso principal de la
entre los 85 y 88 m. Es el lugar mejor conocido y donde
ciudad por el sur, flanqueado por los restos de dos gran-
se ha trabajado intensamente en el lado de la muralla. La
des torres. Por fuera llega un ancho camino que corta la
plataforma inferior alcanza unas 1,27 ha y entre los 80 y
roca en su recorrido.
84 m de altitud. Todo parece indicar que en su parte occidental se encuentra el centro principal del asentamiento.
Aquí excavaron hace 40 años Gerardo Pereira y Carmen
Aranegui, de la Universitat de València, y encontraron dos
Valencia la Vella. Un yacimiento aún por descubrir. E. Huguet, J. M. Macías, A. Ribera, F. Rodríguez y M. Rosselló
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Cronología y contexto histórico
enfrente del territorio bizantino. Prueba de eso será el encar-
El recinto de València la Vella es una fundación ex novo
celamiento en Valencia del rebelde Hermenegildo, hijo de
de un castro amurallado, tal vez con funciones urbanas,
Leovigildo y hasta entonces corregente de la Bética, o la pre-
coetáneo a la etapa de consolidación del estado visigodo.
sencia en estos convulsos momentos de un obispo arriano
Los rellenos constructivos del lado interior de la muralla
en la sede episcopal valenciana, hecho que se toma como
nos han proporcionado fragmentos cerámicos que permi-
una prueba del incremento poblacional visigodo y, especial-
ten fechar su construcción a partir de mediados del siglo vi.
mente, de la existencia de un importante contingente militar.
Este sería el momento de fundación del nuevo centro ur-
Con todo, las investigaciones en curso están matizan-
bano, a partir de fragmentos de ánfora de importación y de
do ciertos aspectos. Se ha podido determinar la construc-
cerámicas comunes de ámbito regional que se han docu-
ción ex novo del recinto a partir de mediados del siglo vi, la
mentado sobradamente en este territorio.
presencia (mediante prospección con georradar) de nume-
Hay que recordar el contexto histórico del momento,
rosas estructuras (edificios) y espacios abiertos (plazas) que
con continuas disputas internas por la sucesión al trono,
apuntan hacia un urbanismo organizado y uniformemente
los enfrentamientos con los reinos vecinos —merovingios
planificado, más allá de un simple castrum con meras fun-
y suevos— y, fundamentalmente, la intervención de los
ciones defensivas. Además, se documenta un flujo conti-
bizantinos en el conflicto dinástico visigodo aprovechada
nuado de importaciones cerámicas, por lo menos, hasta
para ocupar una franja costera desde el Júcar hasta Cádiz,
la mitad del siglo VII (ánforas, sigilatas, ungüentarios) que
convertida en la provincia bizantina de Spania (554-628).
acreditan la importancia de este enclave fortificado y su ca-
Todas estas circunstancias atrasarán la incorporación to-
rácter privilegiado y cosmopolita como punto de llegada de
tal y efectiva de Valentia al reino visigodo de Toledo hasta
productos de todo el Mediterráneo en la tardoantigüedad.
la llegada de Leovigildo (569-586).
Este monarca contribuirá resueltamente a la unificación y al control territorial de Hispania frente a otros rei-
Por otra parte, se ha constatado la producción local
de vidrio, normalmente asociada en esta época a centros
urbanos para el autoabastecimiento.
nos que ambicionaron los dominios visigodos, y ante las
Todos estos nuevos datos convergen en señalar que
pretensiones independentistas de los dirigentes hispano-
se trata de un asentamiento que llegó a agrupar a la po-
rromanos y de la influyente Iglesia católica que no estaba
blación de su entorno y con atribuciones administrativas
dispuesta a aceptar un rey arriano.
y de jerarquización del territorio.
Será en este contexto cuando, la hasta entonces autó-
Estas características «urbanas», unidas a la cronolo-
noma Valentia, quedará integrada de modo efectivo al reino
gía y al contexto histórico de su construcción, el carácter
visigodo de Toledo, que asumirá un importante papel en el
ex novo, planificado y monumental, plantean la posibilidad
conflicto romano-gótico a causa de su situación fronteriza
de que «València la Vella» fuera una fundación real de época
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Plano de las intervenciones
realizadas hasta el momento
en València la Vella.
de Leovigildo, monarca que fundó nuevas ciudades como
Recópolis (Guadalajara) el año 578 o Victoriaco (Álava) en
581, como parte de la estrategia constructiva promovida y
desarrollada por el Estado visigodo en su proceso de formación y consolidación, ya que no hay que olvidar que la
fundación de ciudades era una prerrogativa real.
El momento final del yacimiento aún es una incógnita, ya que los trabajos agrícolas de la zona hasta hace
pocas décadas han malogrado parte de la información
arqueológica. Hasta ahora, no se han identificado restos
que se puedan asociar a actos violentos como destrucciones o incendios, como sí ocurre en Pla de Nadal, lo que
lleva a pensar en un abandono pacífico y una erosión gradual del asentamiento, o de parte de él, más que no en un
episodio bélico. Con los datos actualmente disponibles,
parece que la ocupación del asentamiento terminaría
a partir de finales del siglo vii o inicios del siglo viii. No
hay indicios de una ocupación islámica en la época del
emirato, sólo algunas escasas cerámicas dispersas por el
yacimiento.
Sin embargo, en el estado actual de la investigación,
hay que resaltar que de su superficie total, se ha excavado
solo una mínima parte. Habrá que esperar para despejar
varias incógnitas como la cronología precisa de fundación, el momento final del asentamiento o la configuración interna del espacio.
En este momento, València la Vella constituye, no
solo un importante reto científico, sino que también supone un proyecto importante de difusión y socialización
del patrimonio histórico.
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Un yacimiento aún por descubrir
E. Huguet, J. M. Macias, A. Ribera, F. Rodríguez y M. Rosselló
De mito a reto arqueológico
A la fuerza, el enclave hoy conocido como València la Vella
debería haber llamado la atención de las gentes locales,
gente de la huerta del Turia y de viajeros desde tiempo
inmemorial. Un lugar con murallas como este, que aún
hoy conserva paredes de más de tres metros de altura,
no podía pasar desapercibido y habría despertado gran
curiosidad. Son casi cinco hectáreas de superficie sobre
un promontorio que se elevaba unos cuarenta metros sobre la entrada del barranco de la Cabrassa en el río Turia.
Por eso es uno de los yacimientos valencianos de los
que tenemos noticias más antiguas. El Consejo de València
mencionó el topónimo de València la Vella el año 1374,
con ocasión de un proyecto de transvase de agua del río
Júcar al Turia. Ya entonces debería ser un sitio valorado
por su antigüedad y, en 1458 (la Bailía: doc. 1152, ‘1524 v’)
◁ Vista exterior de la muralla y la torre, destruida en los años
setenta, de València la Vella. Foto: Rafael de Luis.
firmó una licencia a Joan Gonçalbo para la «búsqueda de
tesoro», según consta en el Arxiu del Regne de València, El
poeta Jaume Roig, también en el siglo xv, le dedica unos
versos, en su obra L’Espill o Llibre de les dones.
El porqué del nombre de València la Vella para este
lugar es una incógnita, y en este poema ya vemos cómo
el topónimo causó una asociación y correlación temporal
con la ciudad romana de Valentia. Diversos estudiosos de
las épocas moderna y contemporánea asociaron estos
restos a una ciudad anterior a la fundación de Valentia
e, incluso, la identificaron con otras ciudades romanas
o también ibéricas, o cartaginesas. Gracias a la arqueología, todas estas suposiciones se desvanecieron en los
años setenta del siglo pasado, cuando la destrucción voluntaria de parte del yacimiento y de sus murallas, por los
trabajos de construcción de un puente sobre la vía férrea
València-Llíria, causaron un gran impacto en la sociedad
valenciana. Aún hoy podemos observar rebajes de dos
metros en un área del veinte por ciento del yacimiento.
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son del todo coincidentes con otros asentamientos visigóticos hispánicos. Hablamos de una especie de ciudadela
encumbrada emplazada en un punto estratégico. Desde
aquí hay un control visual de los principales cerros del entorno (los Carasoles, la montaña de los Frailes, el collado
de Montiel, la Vallbona, la Vallesa de Mandor y la loma de
Betxí), se vigila el camino que iría río arriba y parece que está
cerca de un paso para cruzar el Turia. Solo hay que tener
en cuenta que estas mismas condiciones fueron valoraras
por el ejército republicano español, que ubicó trincheras y
nidos de ametralladoras pertenecientes a la línea defensiva
Vista del rio Túria a su paso por València la Vella. Se aprecian los muros
de la acrópolis en la zona alta. Foto: Projecte València la Vella
«La Inmediata», construida a unos 12 km de la capital, para
frenar el avance del ejército franquista desde el norte.
Con todo esto, más los estudios de Miquel Rosselló,
Pese a ello, València la Vella constituye un reto científico y
que incidieron en la cronología visigótica del asentamien-
de socialización relevante del patrimonio histórico.
to, surgieron numerosas preguntas sobre su funcionali-
Este desgraciado hecho ocasionó una pronta inter-
dad y relación con el palacio recientemente descubierto
vención del Servicio de Investigación Prehistórica de la
de Pla de Nadal o con la ciudad de Valentia. Está claro que
Diputación de Valencia (SIP). Gerardo Pereira y Carmen
no se puede hablar de un proceso de sustitución geopolí-
Aranegui dirigieron tres intervenciones arqueológicas que
tica de una ciudad por otra. Valentia, de la mano del obis-
documentaron importantes restos arquitectónicos y esta-
po Justiniano, pasó a ser una importante sede episcopal
blecieron una cronología del siglo IV dC en adelante. Con
cristiana y epicentro del culto martirial a san Vicente que
eso desapareció el mito arcaizante de València la Vella y
se mantuvo activa hasta la llegada del islam.
se abrieron nuevas incógnitas históricas. No obstante, la
Hay que mirar a València la Vella, actualmente con-
nueva cronología conllevó un desinterés por parte de la
siderada una fundación fechada a partir de mediados
investigación arqueológica valenciana, orientada hacia
del siglo vi, como el resultado de una nueva concepción
otros períodos históricos en aquel momento.
urbana y territorial promovida por el reino visigótico de
València la Vella se encuentra a unos 3 km al sudeste
Toletum, y del todo compatible con las antiguas ciuda-
de la localidad de Riba-roja de Túria, solo a unos 16 km de
des romanas que perduraron en el tiempo. El análisis de
Valencia capital y a escasos 4 km del yacimiento de Pla de
las cerámicas y de las monedas recuperadas nos mues-
Nadal. Su ubicación y características defensivas y urbanas
tra una plena sintonía comercial entre ambas ciudades.
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Muchos productos foráneos documentados en el litoral
y el estudio del yacimiento. El Ayuntamiento compró
también eran frecuentes río arriba.
varias fincas rurales donde se encuentra la mitad de
¿Era diferente la población de un lugar con respecto
València la Vella, dentro del Parque Natural del Turia. De
al otro? ¿Se practicaba el culto arriano en vez del ortodoxo?
esta manera se genera un espacio de doble interés patri-
Este nuevo asentamiento tendría un papel de control mi-
monial y natural, de alto valor arqueológico, paisajístico
litar como consecuencia de las tensiones territoriales del
y biológico. En este contexto positivo, hay que añadir la
sudeste hispánico en manos del Imperio de Oriente?
musealización y la creación reciente del Museo Visigótico
Para resolver definitivamente todos estos aspectos,
del Pla de Nadal (MUPLA) y las numerosas actuaciones
solo hay que dar tiempo a la Arqueología.
de recreación histórica que promueve la villa.
Presente y futuro de una oportunidad poliédrica
de la última excavación y en un contexto mucho más
Así pues, el año 2016, treinta y seis años después
Hoy en día pocos yacimientos «vírgenes» tienen la
favorable, un equipo de arqueólogos valencianos y cata-
potencialidad cultural de València la Vella. Es un asenta-
lanes volvió a remover la tierra a la búsqueda de respues-
miento escasamente excavado —apenas unos 230 m —,
tas. Inicialmente, la fórmula elegida ha sido la excavación
lleno de incógnitas históricas y, a la vez, de retos de con-
asociada a los cursos de verano de Arqueología Cristiana
servación arquitectónica y de integración social.
y Visigoda. No se trata exclusivamente de un proyecto de
2
Primero hay que tener en cuenta que se halla cer-
investigación, sino de una apuesta docente a largo plazo
ca de la tercera área metropolitana del Estado español,
con la voluntad de potenciar el interés y las nuevas voca-
con cerca de dos millones de habitantes y que dispone
ciones por lo que respecta a la antigüedad tardía en tie-
de una red de comunicaciones que ha llegado a situar,
rras valencianas.
incluso, una estación de suburbano a seiscientos metros.
Hasta la actualidad se han desarrollado cuatro bre-
Es un yacimiento dentro de un área metropolitana que
ves excavaciones arqueológicas que se han centrado en
confiere a la localidad de Riba-roja de Túria la posibilidad
el estudio de las murallas y en la identificación de los
de ser uno de los referentes hispánicos de la arqueología
sectores urbanos que conforman el asentamiento, estos
visigótica más accesible y provechoso para la divulgación
últimos condicionados en parte por las características
de un período histórico fundamental para entender la for-
del terreno. Por una parte, actuar sobre la muralla era
mación de la Edad Media.
una necesidad imperiosa porque había que valorar el
Con esta voluntad trabaja el área de Turismo y
estado de conservación de los segmentos más afecta-
Patrimonio del Ayuntamiento de Riba-roja. El año 2016
dos por la destrucción del siglo pasado. Por la otra, dis-
se firmó un convenio de colaboración con el “Institut
tribuir sectorialmente los sondeos estratigráficos nos
Català d’Arqueologia Clàssica” para la documentación
ha permitido, de cara al futuro, identificar y priorizar las
Valencia la Vella. Un yacimiento aún por descubrir. E. Huguet, J. M. Macías, A. Ribera, F. Rodríguez y M. Rosselló
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cias de un taller de vidrios. Las monedas recuperadas,
procedentes de cecas de numerosos lugares de Hispania
y del Mediterráneo, nos señalan la vitalidad económica y
comercial del emplazamiento.
En estos momentos, la muralla pasa a ser el elemento patrimonial más significativo, tanto por la extensión
como por el nivel de conservación. Es un asentamiento
de unas 4,8 ha de superficie, que, en la parte más elevada, alcanza unos 41 m de altura con respecto al curso del Turia. Sobre un perímetro teórico de 981 m, se
conocen unos 416 m, si bien hay muchas partes ocultas
Vista actual de la zona monumental invadida
por la vegetación. Foto: Albert Ribera
por la vegetación o los terraplenes. La muralla conserva
una altura máxima de 3,10 m y su grosor oscila entre los
2,10 y 1,90 m. Se hizo a partir de dos muros paralelos de
áreas arqueológicas donde intervenir. También se ha
mampostería de cal y con ripio interno —emplecton— de
efectuado una prospección geofísica parcial del subsue-
piedras y arcillas procedentes del rebaje de la roca que se
lo y, muy especialmente, una documentación topográ-
efectuó antes de la construcción de las defensas. Hasta
fica y fotogramétrica exhaustiva mediante los recursos
ahora se han localizado con seguridad unas siete torres,
tecnológicos actuales.
aunque podría haber un número máximo de veinticinco
o veintiocho. Este aspecto se debe ratificar con la condi-
Descripción preliminar de València la Vella
Los resultados hasta ahora obtenidos apuntan a un
ción de que aquellos tramos contiguos a los riscos del río
podrían tener una protección menor.
centro urbano bien planificado y ejecutado homogénea-
Todo parece indicar que la muralla es una obra ho-
mente. Hemos visto como el urbanismo intramuros está
mogénea y construida unitariamente. No apreciamos aún
sincronizado con el trazado de la muralla, y la documen-
fases constructivas y la técnica empleada es muy homo-
tación de un estercolero —a las afueras de la ciudad—,
génea, al mismo tiempo que común a otras murallas visi-
nos muestra una clara organización para la fertilización
góticas hispánicas (Recópolis, Puig Rom, etc.). Las torres
de las terrazas agrícolas periféricas, imprescindibles para
identificadas, arrasadas en parte en el siglo xx, eran apro-
la producción de víveres. Otros indicios también nos ha-
ximadamente cuadradas y con un relleno interno seme-
cen ser optimistas para la búsqueda en un futuro. En un
jante al de las murallas. Sus muros enlazaban con los dos
presunto sector artesanal, hemos documentado eviden-
de la muralla de forma que trababan entre ellos propor-
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cionando una mejor cohesión y evitando desprendimientos de los rellenos por su empuje lateral. Hasta ahora, no
se ha identificado ninguna evidencia del paso superior de
la muralla.
La topografía del yacimiento presenta varias zonas,
probablemente aterrazadas, aunque hay que ser cautelosos porque las transformaciones agrícolas contemporáneas pueden haber distorsionado la percepción actual.
Se distingue una primera plataforma elevada, la «acrópolis», que, con una superficie de 0,22 ha, se desarrolla entorno los 90 y 97 m de altitud. Se encuentra sobre un pequeño montículo que configura el escarpado septentrional junto al río. Allí se encuentra un edificio importante
pavimentado en mortero de cal, así como fragmentos
de tejas planas y curvas. Este era un sector relevante del
asentamiento que está en avanzado curso de excavación.
Hay otro montículo central, hacia los 90 m de altitud y con
una superficie de unas 0,3 ha, que está muy deteriorado
Inicio de la excavación del sector junto a la muralla.
Campaña 2016. Foto: Projecte València la Vella
por la erosión.
El resto del asentamiento consta de dos platafor-
importantes edificios que reutilizaron sillares de piedra
mas intermedias donde los sondeos estratigráficos han
—calcárea dolomítica gris azulada— de factura roma-
localizado varios restos. Por una parte, una zona interme-
na que deben proceder de la cercana ciudad de Edeta
dia-baja que limita con la muralla central y meridional.
(Llíria). Se disponían alrededor de una gran plaza o expla-
Aquí se alcanza una extensión de 0,77 ha y una altitud
nada que se ubica ante el posible acceso principal de la
entre los 85 y 88 m. Es el lugar mejor conocido y donde
ciudad por el sur, flanqueado por los restos de dos gran-
se ha trabajado intensamente en el lado de la muralla. La
des torres. Por fuera llega un ancho camino que corta la
plataforma inferior alcanza unas 1,27 ha y entre los 80 y
roca en su recorrido.
84 m de altitud. Todo parece indicar que en su parte occidental se encuentra el centro principal del asentamiento.
Aquí excavaron hace 40 años Gerardo Pereira y Carmen
Aranegui, de la Universitat de València, y encontraron dos
Valencia la Vella. Un yacimiento aún por descubrir. E. Huguet, J. M. Macías, A. Ribera, F. Rodríguez y M. Rosselló
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Cronología y contexto histórico
enfrente del territorio bizantino. Prueba de eso será el encar-
El recinto de València la Vella es una fundación ex novo
celamiento en Valencia del rebelde Hermenegildo, hijo de
de un castro amurallado, tal vez con funciones urbanas,
Leovigildo y hasta entonces corregente de la Bética, o la pre-
coetáneo a la etapa de consolidación del estado visigodo.
sencia en estos convulsos momentos de un obispo arriano
Los rellenos constructivos del lado interior de la muralla
en la sede episcopal valenciana, hecho que se toma como
nos han proporcionado fragmentos cerámicos que permi-
una prueba del incremento poblacional visigodo y, especial-
ten fechar su construcción a partir de mediados del siglo vi.
mente, de la existencia de un importante contingente militar.
Este sería el momento de fundación del nuevo centro ur-
Con todo, las investigaciones en curso están matizan-
bano, a partir de fragmentos de ánfora de importación y de
do ciertos aspectos. Se ha podido determinar la construc-
cerámicas comunes de ámbito regional que se han docu-
ción ex novo del recinto a partir de mediados del siglo vi, la
mentado sobradamente en este territorio.
presencia (mediante prospección con georradar) de nume-
Hay que recordar el contexto histórico del momento,
rosas estructuras (edificios) y espacios abiertos (plazas) que
con continuas disputas internas por la sucesión al trono,
apuntan hacia un urbanismo organizado y uniformemente
los enfrentamientos con los reinos vecinos —merovingios
planificado, más allá de un simple castrum con meras fun-
y suevos— y, fundamentalmente, la intervención de los
ciones defensivas. Además, se documenta un flujo conti-
bizantinos en el conflicto dinástico visigodo aprovechada
nuado de importaciones cerámicas, por lo menos, hasta
para ocupar una franja costera desde el Júcar hasta Cádiz,
la mitad del siglo VII (ánforas, sigilatas, ungüentarios) que
convertida en la provincia bizantina de Spania (554-628).
acreditan la importancia de este enclave fortificado y su ca-
Todas estas circunstancias atrasarán la incorporación to-
rácter privilegiado y cosmopolita como punto de llegada de
tal y efectiva de Valentia al reino visigodo de Toledo hasta
productos de todo el Mediterráneo en la tardoantigüedad.
la llegada de Leovigildo (569-586).
Este monarca contribuirá resueltamente a la unificación y al control territorial de Hispania frente a otros rei-
Por otra parte, se ha constatado la producción local
de vidrio, normalmente asociada en esta época a centros
urbanos para el autoabastecimiento.
nos que ambicionaron los dominios visigodos, y ante las
Todos estos nuevos datos convergen en señalar que
pretensiones independentistas de los dirigentes hispano-
se trata de un asentamiento que llegó a agrupar a la po-
rromanos y de la influyente Iglesia católica que no estaba
blación de su entorno y con atribuciones administrativas
dispuesta a aceptar un rey arriano.
y de jerarquización del territorio.
Será en este contexto cuando, la hasta entonces autó-
Estas características «urbanas», unidas a la cronolo-
noma Valentia, quedará integrada de modo efectivo al reino
gía y al contexto histórico de su construcción, el carácter
visigodo de Toledo, que asumirá un importante papel en el
ex novo, planificado y monumental, plantean la posibilidad
conflicto romano-gótico a causa de su situación fronteriza
de que «València la Vella» fuera una fundación real de época
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Plano de las intervenciones
realizadas hasta el momento
en València la Vella.
de Leovigildo, monarca que fundó nuevas ciudades como
Recópolis (Guadalajara) el año 578 o Victoriaco (Álava) en
581, como parte de la estrategia constructiva promovida y
desarrollada por el Estado visigodo en su proceso de formación y consolidación, ya que no hay que olvidar que la
fundación de ciudades era una prerrogativa real.
El momento final del yacimiento aún es una incógnita, ya que los trabajos agrícolas de la zona hasta hace
pocas décadas han malogrado parte de la información
arqueológica. Hasta ahora, no se han identificado restos
que se puedan asociar a actos violentos como destrucciones o incendios, como sí ocurre en Pla de Nadal, lo que
lleva a pensar en un abandono pacífico y una erosión gradual del asentamiento, o de parte de él, más que no en un
episodio bélico. Con los datos actualmente disponibles,
parece que la ocupación del asentamiento terminaría
a partir de finales del siglo vii o inicios del siglo viii. No
hay indicios de una ocupación islámica en la época del
emirato, sólo algunas escasas cerámicas dispersas por el
yacimiento.
Sin embargo, en el estado actual de la investigación,
hay que resaltar que de su superficie total, se ha excavado
solo una mínima parte. Habrá que esperar para despejar
varias incógnitas como la cronología precisa de fundación, el momento final del asentamiento o la configuración interna del espacio.
En este momento, València la Vella constituye, no
solo un importante reto científico, sino que también supone un proyecto importante de difusión y socialización
del patrimonio histórico.
Valencia la Vella. Un yacimiento aún por descubrir. E. Huguet, J. M. Macías, A. Ribera, F. Rodríguez y M. Rosselló
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